

Durante muchísimos años este castillo sirvió como alojamiento para la familia real, hasta que fue transformado en una edificación multiusos, ya que se la implementó como prisión, almacén, teatro, entre otras tareas.
Si bien la construcción ha tenido un obvio deterioro causado por el paso del tiempo y de las inclemencias climáticas, en la actualidad se mantiene en excelentes condiciones, por lo cual es uno de los puntos de visita obligatoria para todos aquellos turistas que se acercan hasta Lisboa.
Por ejemplo, las vistas panorámicas desde sus torres y puestos de vigía son impecables, así que no te olvides de cargar tu cámara de fotos cuando partas hacia tierras portuguesas para realizar tus vacaciones.
Hay que destacar que el Castillo de San Jorge es prácticamente una pequeña ciudad, ya que cuenta con una superficie total que alcanza los seis mil metros cuadrados, ocupados por patios, torres, garitas, una Plaza de Armas y diferentes edificaciones que se van alzando dentro de las murallas.
Además, durante tu visita podrás conocer todos los recovecos que conforman este genial castillo, de modo que sentirás que has viajado en el tiempo hasta la Edad Media. En el recorrido podrás observar espectáculo, recorrer las salas históricas, aprender sobre la vida medieval en el museo, visitar la iglesia con la imagen de San Jorge, y descansar disfrutando de una buen oferta gastronómica en el restaurante que funciona dentro de las instalaciones. No te pierdas esta oportunidad, porque vale la pena disfrutar de esta maravilla histórica de Lisboa.
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