Desde el centro de Lisboa, a tan solo 6 kilómetros, se encuentra el barrio de Belèm, al que se puede acceder tanto en tren como en autobús. Se trata de una zona en la que podrás visitar edificios y museos de gran valor. La Torre de Belèm, que se encuentra en el centro del barrio, junto al río Tajo, data del siglo XVI y ha sido considerada Patrimonio de la Humanidad. En la antigüedad fue considerada un bastión defensivo, y se ha acabado convirtiendo en uno de los emblemas que representan a la ciudad de Lisboa. Es uno de los mejores puntos para empezar a recorrer el Barrio de Belèm. Para llegar al Monumento a los Descubridores, podemos tomar la avenida Brasilia. Al llegar, nos encontraremos ante una plaza impresionante, con un mosaico en el centro que representa la Rosa de los Vientos. Se puede subir a la séptima planta del monumento, algo muy recomendable, ya que tiene unas vistas realmente impresionantes. Aquí mismo se encuentra el monasterio de los Jerónimos, que tiene un claustro que no hay que dejar de ver. Eso sí, lo que es casi imprescindible en este recorrido es acercarse a la pastelería Pastèis de Belèm, fundada en 1837 y en la que se pueden comprar (además de ver su elaboración) unos deliciosos pasteles de crema y espolvoreados con azúcar. ¿Se te ocurre una forma más dulce de acabar este recorrido? Imagen de pedrosimoes7 sujeta a Licencia CC
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