Eso sí, hace falta dirigirse a él con ganas, porque tiene nada más y nada menos que 60 calles, y se puede acceder a él a través de cualquiera de sus 15 puertas. En sus más de 4000 tiendas, podrás encontrar todo tipo de productos y artículos: alfombras, antigüedades, objetos musicales... La ropa de imitación, que se intenta vender como auténtica,es otra de las cosas que se puede encontrar en el Gran Bazar, una de las imágenes más repetidas de Estambul. Desde luego, con tanto ajetreo, es una buena idea tomar alguna tapa (meze) típica de la zona (de berenjenas, de hoja de parra...) o los clásicos kebab. Las bolas de cordero, por cierto, son muy recomendables. En este paseo por el mercado, las bóvedas y azulejos nos recuerdan el floreciente pasado de estas calles, en otra época cuando los mercaderes y sus camellos, con sus mercancías, constituían uno de los motores económicos de Estambul, gracias al comercio. El Gran Bazar es un lugar muy turístico, por lo que si quieres es conocer otro mercado, menos masificado de turistas y con un carácter más local, ese es el Bazar Egipcio. El Mercado de los libros es otro de los puntos más interesantes de Estambul. Allí se pueden encontrar auténticos tesoros para los amantes de los libros: guías de viaje, miniaturas turcas y todo tipo de libros de lo más extraños e interesantes. Muchos de ellos, no se podrían encontrar en ningún otro lugar. Lo cierto es que recorrer los mercados de Estambul es una alternativa diferente de conocer este lugar, lleno de historia y de la magia que tienen muy pocos lugares en el mundo.
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