- Murallas de Tallín No se puede entender Tallín sin sus murallas. Resulta sorprendente el buen estado en el que se mantienen. Dan a la ciudad un ambiente típicamente medieval. Tienen más de 15 metros de altura se extienden por más de 2 kilómetros. Además, podemos visitar las torres de vigilancia que se encuentran en ella. Resultan especialmente mágicas por la noche con la iluminación. - Iglesia de San Olav Más allá de la belleza innegable de este edificio gótico, si por algo destaca esta iglesia es por las impresionantes vistas que nos ofrece de la ciudad desde la torre de nada menos que 124 metros, la más alta de la Europa medieval. Se accede a través de una escalera en forma de caracol un poco claustrofóbica, pero el esfuerzo merecerá la pena, ya que las vistas que nos ofrece de todo Tallín son una experiencia inolvidable. - Calle Pikk Es el paseo principal de la ciudad, de hecho cruza prácticamente todo el casco antiguo, comenzando a la entrada de la ciudad y extendiéndose hasta la calle Pikk Jalg. Es una gozada poder pasear por ella mientras disfrutamos contemplando las casas de colores y los edificios que se encuentran en ella, como la Iglesia de San Olav, Tres Hermanas (tres casas iguales que datan del siglo XV) o la antigua sede de la KGB. 
- Catedral de Santa María Otro de los numerosos edificios religiosos que encontramos en la ciudad y que, nuevamente, nos sorprenderá por lo cuidado que está, como podemos comprobar con su fachada de un blanco inmaculado. La sencillez del exterior contrasta con un interior en el que encontraremos muchos escudos familiares. No en vano, esta iglesia medieval que data de comienzos del siglo XIII era la de los nobles alemanes. - Ayuntamiento de Tallín Construido entre 1371 y 1404 y situado, como ya hemos señalado, en la Plaza Mayor. Destaca por ser el único de estilo gótico del nordeste de Europa. El edificio llama la atención por su torre de 64 metros de altura que finaliza en una veleta a Vana Toomas, símbolo de la ciudad.
