Qué ver en Lisboa

Sujeta a Licencia CC de Atribución. Autor: Fr Antunes

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adm834ha
jueves, 17 julio, 2008

Hoy nos vamos hasta Lisboa para contaros lo que no os debéis perder si visitais la capital Portuguesa.

Es la capital más occidental de Europa. Situada en la desembocadura del Tajo, esta ciudad es una de las más misteriosas de nuestro continente. Sus barrios típicos, casas de fados, sus restaurantes y cafés conforman un conglomerado de buenas razones para acercarse hasta esta hermosa ciudad del Atlántico.

Toda la ciudad es digna de ser visitada, pero les daremos algunos consejos de qué visitar y cómo. Lo primero es recorrer los barrios más típicos como Alfama, Madragoa y el Barrio Alto. Allí podemos encontrar cientos de cafés con sabor especial, casas de fados. La Plaza de Don Pedro IV - más conocida como Rossio- es el corazón de la capital portuguesa. Está junto a la estación Central y dicen que su ambiente es único en el mundo. Allí podemos admirar el monumento a dicho rey y el Teatro Nacional.

Tampoco podemos dejar de visitar el barrio de Belém. Allí se asienta la torre del mismo nombre, que es el edificio más fotografiado por los turistas, y el Monasterio de los Jerónimos. El Barrio Alto, con calles viejas y edificios vetustos pero con mucha animación por las noches, posee un mirador desde el que se observa toda la ciudad. Hay un funicular para subir hasta allí y otro construido por Eiffel. En el barrio de el Chiado, es donde hay más bullicio. Este está situado entre el Barrio Alto y la Baixa.

Los monumentos son muchos y muy variados, desde los ya mencionados como el castillo de San Jorge, hasta la Torre de Belém, el Monasterioi de los Jerónimos, , Basílica de la Estrella, Iglesias de Santa Engracia, San Roque y San Vicente Extramuros y la Plaza del Comercio, donde están la mayoría de los monumentos. Las ruinas de la iglesia de Carmo, la Estación de Rossío, el acueducto de las Aguas Livres o el Puente 25 de abril, son algunas de las bellezas que hay que ver en esta ciudad. Tampoco debemos olvidarnos de los museos ni los palacios existentes, que son bastantes.

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