

El origen de Machu Picchu es algo incierto, para algunos investigadores se trataría de un santuario religioso mientras que otros consideran que se trata de una residencia de descanso. Una tercera vía conciliadora atribuye ambos usos a la ciudad, templo y palacio. En lo que sí coincide todo el mundo es en que se trata de una obra maestra de la ingeniería y de la arquitectura dadas sus especialies características. A todo esto habría que añadir el halo de misterio que rodea al enclave para poder entender por qué merece la pena venir hasta aquí.
Para visitar Machu Picchu hay que viajar hasta Perú, y luego a Cusco. Una vez allí, llegar hasta la localidad de Aguas Calientes, desde donde sale la única carretera que da acceso al santuario. Esta es una forma de controlar el turismo ya que si se realizara de forma masiva podría deteriorarse el entorno, no solo de la ciudad, sino de todo el Parque Nacional. Además de esta carretera que accede desde Aguas Calientes hay antiguos caminos incas, que puedes recorrer en unos tres días a pie si te bajas en el km. 82 de la vía de tren que une Cusco y Aguas Calientes.
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