Sri Lanka, el país de la nueva belleza

Sri Lanka vuelve poco a poco a la normalidad, aunque todavía pueden verse los restos de los puestos de control y las alambradas de púas de una guerra cruenta que asoló un país tan hermoso como desconocido.

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adm834ha
miércoles, 16 junio, 2010
sri lanka

Lo que no pudo destruir la guerra fueron las hermosas playas que cubren el sur y el oeste de Sri Lanka, sus plantaciones de té y sus preciosas montañas. Nada pudo tampoco con los maravillosos restos arqueológicos de Anuradhapura al norte. Sri Lanka quiso resistir, y hoy se brinda coqueta y orgullosa.

La paz ha desenterrado las maravillas de este país. Ahora podemos levantar los ojos y contemplar una gran cantidad de turistas que viajan desde Colombo, la capital, hasta la ciudad portuaria de Trincomalee, al noreste, un viaje en autobús que apenas nos costará 600 rupias, poco menos de cinco euros. Eso sí, el viaje dura unas seis horas a través de un paisaje de ensueño.

Para mayor comodidad podéis hacer este mismo trayecto en un vuelo de apenas cuarenta minutos. El precio es de una cuatro mil rupias, algo más de 35 euros. El avión sale del Aeropuerto Militar de Galle Road, cerca del centro de Colombo, y nuestro destino será la base militar de Trinco.

A muy pocos kilómetros al norte de Trinco tenéis Nilaveli, un destino turístico de playa virgen que comienza a llenarse de turistas poco a poco. Dentro de unos meses abrirá un hotel de lujo en Nilaveli para convertir esta zona en lo más animado del sudeste asiático. Resulta increíble ver sus playas tan cristalinas y paradisíacas y pensar que el turismo no ha llegado aquí hasta hace un par de años.

El hotel llevará el nombre de Pigeon Island Beach Resort, y las habitaciones tendrán un precio de algo más de cien euros la noche, y 400 euros las suites.

Uno de los grandes atractivos de Sri Lanka está cerca de aquí. Se trata de Sri Pada, una montaña de más de dos mil metros de altura que las habitantes del país consideran sagrada. Aquí se encuentra el Buda Sakyamuni, uno de los budas más sagrados y al que cada año peregrinan miles de fieles.

Desde Trincomalee se puede tomar un tren hasta Ratnapura, un pueblo en las colinas boscosas al sur de Colombo. Coronando la parte alta de la ciudad se halla un magnífico hotel, cuya habitación por noche apenas nos llevó algó más de diez euros. Las vistas desde la habitación son realmente increíbles.

Sri Lanka es un país que acaba de nacer para el turismo. Se muestra virgen, nuevo, engalanado para la ocasión. No puede haber tanta belleza reunida en un mismo lugar, pero en Sri Lanka es completamente cierto.

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