El congosto de Santa Elena, en la zona meridional, es uno de los puntos más interesantes, que conduce hasta el pantano de Búbal, uno de los puntos más hermosos del Valle de Tena. Piedrafita de Jaca o Tramacastilla de Tena son algunos de los pueblos que podemos encontrar en esta zona. Es interesante recorrer sus calles y conocer estos pueblos, que en temporada de esquí viven sus mejores momentos. Por cierto, que en Tramacastilla es muy recomendable hacer una parada para conocer su iglesia románica y para parar a comer: migas y ternasco de la zona, dos de los platos más conocidos de la gastronomía de la zona. El Parque Faunístico de Lacuniacha es uno de los lugares más recomendables de este lugar, sobretodo para conocer su fauna. Hoz de Jaca es otro de los pueblos de la zona, que merece la pena visitar, sobretodo, parando en su mirador natural, desde el que se pueden contemplar unas vistas realmente impresionantes de desde sus 1254 metros de altura. Desde aquí, podemos continuar hasta Panticosa, donde es muy recomendable hacer una visita a su Balneario, que todavía hoy sigue conservando el espíritu decimonónico que tuvo en su pasado, una época en la que nobles, banqueros y políticos frecuentaban la zona. Pasando Escarrilla llegaremos al Pantano de Lanuza, lugar en el que merece la pena detenerse a contemplar el paisaje, para continuar hasta Sallent de Gállego y Formigal. Se trata de una zona preciosa, que se puede visitar en cualquier época del año. Pero si no nos da miedo conducir en la nieve, no hay duda de que el invierno es uno de los mejores momentos para conocer esta zona, en la que además podremos disfrutar del esquí en Formigal, por ejemplo, una estación muy famosa y con muy buenas instalaciones. Imagen de Maiwel sujeta a Licencia CC