

Horarios de los restaurantes en Praga
El verdadero problema gastronómico al que se enfrentan los españoles cuando salen de España es la hora de comer. Las costumbres de otros países europeos nos obligan a adaptarnos a horarios demasiado tempranos para nuestro estómago. La suerte que tendremos en Praga es que los restaurantes están abiertos y disponibles todo el día, es decir, que si se nos pasa la hora local y nos plantamos a las tres dela tarde en el restaurante no tendremos ningún problema y, es más, lo normal es que el lugar ya esté casi vacío.
Cenar sí podría ser más complicado porque si vamos más tarde de las nueve podemos encontrarnos con las cocinas ya cerradas. Si esto nos llegara a ocurrir podemos buscar en las zonas más turísticas de Praga algún restaurante ya que en esa zona los horarios son más amplios, aunque también es más caro.
Qué platos pedir para comer en Praga
Una vez llegamos al restaurante y miramos la carta ¿qué deberíamos pedir? Pues ya que estamos, ¿por qué no lo más típico de la capital checa?
Los platos nacionales son la ternera asada con salsa de nata y dumplings, que son unas simples bolas de masa muy famosas en la República Checa; el pato asado es otro plato estrella de la cocina bohemia como también los son la carne de cerdo asada con col agridulce y el hígado de oca con cebolla. Pero si hay algo que encontraremos en abundancia en las cartas de los restaurantes checos es el pato. Cocinado de una forma u otra es la materia prima preferida por los checos.


Otros platos de la región que tenemos que probar es el jamón de Praga, jamón relleno de nata batida. Entre las sopas, muy apreciadas por los checos, tenemos que destacar la kulajda, elaborada a base de puré de patata, champiñones y un toque de eneldo. Para aquellos a los que les gusten los callos tienen que probar la versión checa, la drstková, tripas de vaca servidas en forma de sopa.
Entre las carnes para comer en Praga lo más célebre es el goulash, que aunque es un plato originario y típico húngaro se ha convertido en un punto fuerte de las cocinas checa y eslovaca. El goulash es un estofado de carne elaborado con cebolla, pimientos y patatas, es un plato que gusta mucho y que podemos encontrar por toda Praga a muy buenos precios.
Los chlebicky son pequeños canapés que se sirven como aperitivo a cualquier hora del día. A estas pequeñas tostadas se les añaden una gran variedad de ingredientes, desde cremas hasta embutidos, pescado, verduras o huevos duros.


Entre la bebida se erige como reina la cerveza, y no podía ser de otra forma pues hay quien dice que es la cerveza checa es la mejor del mundo. En Praga también es famoso el vino blanco, sobre todo en el norte. Una bebida sana y deliciosa que se consume bastante en la República Checa es el Kefir, similar al yogurt y delicioso.
Y si vas a ir a Praga no te puedes perder este otro post: Guía de cervecerías en Praga
Imágenes de Flickr: Judit Bermúdez Morte, Daniel Lobo y Daniel Julià Lundgren