

San Sebastián, Donostia en vasco, es la capital de la provincia de Guipúzcoa, que junto con Álava y Vizcaya forman el País Vasco. Situado en un enclave privilegiado, San Sebastián goza de uno de los mejores paisajes de España.
Su arquitectura monumental, y su naturaleza paisajística, hacen de ella una ciudad abrumadora, señorial y ociosa. Muchos son los atractivos que tiene San Sebastián, pero hoy, nos centraremos en uno de los más famosos, su gatronomía.


Comer en el país vasco, dicen que es el comer de verdad. Los resturantes y bares son centros de ocio y de charla con los amigos, las costumbres gastronómicas de la zona son seguidas generación tras generación.
Durante el fin de semana, y días festivos, el casco viejo de San Sebastián, donde se sitúan el mayor número de locales, se convierte en un hervidero de gente que pelea por degustar el nuevo pintxo y por tomar un trago de Txacoli (bebida típica vasca).


La combinación de sabores, hacen de los pintxos, que todos los días elaboran con mimo los hosteleros vascos, una auténtica delicia culinaria. Un placer para el paladar.
Aquí les explicamos las 3 zonas con más bares y restaurantes de la ciudad.
- La parte vieja, es la más famosa y quizá la más auténtica, ya que es por donde se mueve los habitantes de San Sebastián.
- Amara, es un barrio donotiarra, donde podemos encontrar bares y restaurantes, y podremos igual degustar los pintxos de la zona.
- Gross, es el barrio situado detrás del Kursal y el más antiguo de la ciudad. Sus majestuosos edificios harán que te transportes a otro mundo. Un lujo para cualquier turista.
Los pintxos es lo más significativo de la gastronomía donostiarra, pero también descubrirán unos restaurantes con productos de gran calidad.


La carne es un producto muy valorado en todo el País Vasco y el pescado es un placer exquisito.
Si pueden acérquense hasta el pueblo de Zarautz, a unos 7 km de San Sebastián para degustar un buen pescado fresco a la brasa.


En definitiva , lo que diferencia a San Sebastián de otras ciudades españolas, es su calidad de vida, su aprecio por las cosas pequeñas, sus valores culturales y por suspuesto su gastronomía.