Siempre sueñas en algún momento de tu vida con viajar a la India. A veces te echan un poco para atrás algunas imágenes que ves por televisión. Sin embargo, la India es mucho más que eso, es un paraíso que hacia el sur me descubrió uno de los lugares más encantadores que he visto jamás. Se trata de Kerala. Cuando llegas a Kerala piensas que no estás en la India, porque no es ni mucho menos como te la pintan o la imaginabas. Playas exóticas y de ensueño, un lugar muy tranquilo y apacible y un paisaje tremendamente exhuberante. La gente que viaja hasta aquí ya lo hace en plan turista de playa y rural total. No me extraña, ya que la costa de Kerala, con el Mar Arábigo besando sus pies, es sencillamente abrumadora. Tiene ese algo de exótico y tradicional que te cautiva, que te sigue haciendo pensar que algo del Caribe se ha derramado Dios sabe cómo en este rincón del mundo. Playas como las de Kovalam, Varkala o las fulgurantes playas de Cherai. Sin embargo Kerala ofrece algo más al interior un paisaje de montaña en el que pareces ver los Alpes. Por un momento imaginas que te va a salir a los caminos rurales algún suizo o vas a ver pasar a la serpiente ciclista del Tour de Francia. Nada de eso, esto es Kerala, un sur de la India que late color y calor en todo su esplendor. Imaginaros que aquí se puede hacer lo que no se consigue ni siquera en los Alpes. Subiros a estas alturas y contemplar al fondo la inmensidad del mar. Estamos en la India, el país de la espiritualidad, de la mística, no puede haber mejor lugar para sentarse y disfrutar de las vistas. Os recomiendo Munnar, Ponmudi o Wayanad. Ya que estáis en Kerala debéis visitar Trivandrum, la capital del estado, con templos, museos y galerías de arte de gran esplendor, así como Kumarakom y sus playas, y algo tan pintoresco como Alleppey, considerada la Venecia de Oriente, un destino inigualable para una luna de miel en la India. Si estáis enamorados de la India, seguro que le pediréis matrimonio eterno en Kerala. Un lugar exótico, diferente, tradicional... algo que tal vez sea imposible describir una segunda vez con palabras. Siempre sueñas en algún momento de tu vida con viajar a la India. A veces te echan un poco para atrás algunas imágenes que ves por televisión. Sin embargo, la India es mucho más que eso, es un paraíso que hacia el sur me descubrió uno de los lugares más encantadores que he visto jamás. Se trata de Kerala. Cuando llegas a Kerala piensas que no estás en la India, porque no es ni mucho menos como te la pintan o la imaginabas. Playas exóticas y de ensueño, un lugar muy tranquilo y apacible y un paisaje tremendamente exhuberante. La gente que viaja hasta aquí ya lo hace en plan turista de playa y rural total. No me extraña, ya que la costa de Kerala, con el Mar Arábigo besando sus pies, es sencillamente abrumadora. Tiene ese algo de exótico y tradicional que te cautiva, que te sigue haciendo pensar que algo del Caribe se ha derramado Dios sabe cómo en este rincón del mundo. Playas como las de Kovalam, Varkala o las fulgurantes playas de Cherai. Sin embargo Kerala ofrece algo más al interior un paisaje de montaña en el que pareces ver los Alpes. Por un momento imaginas que te va a salir a los caminos rurales algún suizo o vas a ver pasar a la serpiente ciclista del Tour de Francia. Nada de eso, esto es Kerala, un sur de la India que late color y calor en todo su esplendor. Imaginaros que aquí se puede hacer lo que no se consigue ni siquera en los Alpes. Subiros a estas alturas y contemplar al fondo la inmensidad del mar. Estamos en la India, el país de la espiritualidad, de la mística, no puede haber mejor lugar para sentarse y disfrutar de las vistas. Os recomiendo Munnar, Ponmudi o Wayanad. Ya que estáis en Kerala debéis visitar Trivandrum, la capital del estado, con templos, museos y galerías de arte de gran esplendor, así como Kumarakom y sus playas, y algo tan pintoresco como Alleppey, considerada la Venecia de Oriente, un destino inigualable para una luna de miel en la India. Si estáis enamorados de la India, seguro que le pediréis matrimonio eterno en Kerala. Un lugar exótico, diferente, tradicional... algo que tal vez sea imposible describir una segunda vez con palabras.
