Guía de viajes de Nápoles

8 junio 2010 | Por jose manuel vargas

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nápoles

Nápoles es una auténtica joya de la corona italiana. A pesar de que muchos la hayan considerado peligrosa por la célebre mafia napolitana, y un poco sucia, no podéis perder la oportunidad de escaparos unos días hasta aquí y descubrir la belleza de su historia, sus paisajes, sus museos y su excelente gastronomía local. En Nápoles se hizo la primera pizza del mundo, el primer acuario, el primer museo dedicado a Egipto y también el primer ferrocarril de Italia. Ahí es nada para empezar. Fue una colonia griega hasta el año 800, precisamente su nombre Napoli proviene del griego Neapolis. Después fue incorporada al imperio romano, aunque no perdió sus costumbres griegas. Durante los siglos XVIII y XIX fue la ciudad más grande de Italia, capital del reino del mismo nombre, que inclusía casi todo el sur del país y la isla de Sicilia. Sin embargo, al pasar la capital de Italia a Roma, la importancia de Nápoles se vino un poco abajo. Llegar a Nápoles para conocer es muy sencilla. Podéis volar hasta su aeropuerto, e incluso volar hasta Roma y desde allí venir en tren desde la Estación de Termini. Salen trenes cada hora hasta Nápoles, por lo que no os será difícil llegar. Para moverse por Nápoles nada mejor que su transporte público, con metro, funicular y autobuses. Cualquier billete es válido durante la hora y media siguiente para cualquier medio de transporte, y cuesta 1,10 euros. Si queréis podéis también dirigiros al puerto de la ciudad y reservar un paseo en barco por la bahía, con vistas increíbles, o visitar las islas cercanas. Para hacer turismo en Nápoles nada mejor que comenzar por la Vía Toledo, llena de tiendas, cafeterías y bares. Se puede llegar hasta el metro de la Piazza Garibaldi y llegar andando hasta ella. En las cercanías veréis el antiguo castillo, la casa de la ópera, que es la más antigua de Italia, y el Palacio del Rey de Nápoles. Más allá de la Vía Toledo es imposible irse de Nápoles sin ver su centro histórico, que cuenta con una amplia variedad de museos, monumentos e iglesias. Sus calles estrechas y empedradas aún guardan el recuerdo de un pasado esplendoroso. Además lo pintoresco no pierde esencia en esta zona, con los residentes locales y las ropas tendidas en las ventanas. Para visitar un museo en Nápoles os recomendamos el Museo Arqueológico Nacional, con una colección impresionante de restos romanos, con mosaicos de la vieja Pompeya, estatuas de emperadores y dioses y el célebre Toro de Farnesio. Tampoco hay que desaprovechar la ocasión de conocer los alrededores de Nápoles, una de las mejores zonas del sur de Europa. Las vecinas islas de Capri e Ischia son dos paraísos a los que se puede llegar en barco, mientras que también hay trenes regulares que os llevarán al monte Vesubio, Pompeya y Herculano. Y cómo no, alquilar un coche un fin de semana para recorrer la maravillosa costa de Amalfi.

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