Guía de viajes de Djerba, Túnez

2 octubre 2009 | Por mariad

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Por lo general, es una isla en la que suele hacer buen tiempo, por lo que es posible bañarse en sus playas, de arenas finas. Pasear por los zocos, entre las calljeulas blancas y estrechas, es otro de los placeres a los que no debe renunciar ningún turista que visite Djerba. Los zocos más interesantes y de mayor importancia los encontraremos en la capital, Houmt Souk, en la que hay que caminar y descubrir de primera mano sus calles, plazoletas, cafés... Habib Bourguiba es una avenida que la atraviesa de norte a sur, y si cogemos la Rue du Port llegaremos hasta el puerto, donde caminando un poco más, encontraremos una fortaleza española, Borj el Kebir, y un obelisco que tiene una historia un tanto siniestra, ya que en la antigüedad era una pirámide de calaveras, que celebraba las matanzas de cristianos. Sus tres mezquitas son realmente interesantes, y visitar el Museo de Artes y tradiciones populares es una buena forma de entender un poco mejor cómo viven los habitantes de esta isla. Gracias a la carretera romana de El Kantara, podemos llegar hasta gran cantidad de lugares que nos ofrecen unas vitas y unos paisajes impresionantes (y que encantarán a los amantes de la fotografía). Hay una excursión que merece la pena hacer: se trata de llegar hasta el golfo de Bou Graraque, y conocer algunas de las poblaciones que hay en la zona, como es el caso de Zarzis, y las llanuras fluviales, en las que hay gran cantidad de aves. En esta zona hay también núcleos judíos que conviven con los musulmanes. Los pueblos hebreos más importantes son Er-Riyad, donde podemos encontrar la Ghriba, una antiquísima sinagoga) y Es Souani. Eso sí, lo que no podemos dejar de hacer es regatear en algún puesto del zoco y adquirir artesanía, joyas, especias... Imagen de snopeck sujeta a Licencia Creative Commons

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