De hecho, su historia está unida a la antigua Tracia. Con el paso del tiempo y el afianzamiento del cristianismo, en Bulgaria se construyeron gran cantidad de iglesias y monasterios, que hoy en día forman parte del Patrimonio Histórico Artístico del país. En la época de la dominación otomana, los templos cristiano-ortodoxos tenían que ser construidos obligatoriamente por debajo del nivel de la calle, una norma que contribuyó a la creación de lo que hoy se consideran verdaderas joyas de la arquitectura popular. Sozopol, un pueblo del litoral, destaca por la cantidad de edificos religiosos enterrados, y es uno de los puntos que no debemos perdernos en nuestra visita. Se trata de un pueblecito de pescadores, y tiene restos de muchas épocas históricas. Pero todo ese legado histórico contrasta con la otra cara del país, la más actual. En la cosa podemos disfrutar de varias bahías, de pequeño tamaño, rodeadas de marismas, acantilados y con playas de arena muy fina. En San Vlas podemos encontrar el embarcadero del puerto deportivo Dinevi, el más grande para alquilar un barquito (los hay de muchos tipos y precios). Es posible navegar en estos yates, y para los que puedan hacerlo, es perfecto acercarse hasta el cabo Kaliakra. Otro de los destinos que merece la pena conocer es Nessebar, que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y tiene también interesantes legados históricos. Se trata de un pueblo muy pintoresco, de hecho, no son pocos los artistas que se dedican a reflejarlo en sus obras. Sin duda, una visita que merece la pena hacer. Imagen de Bo&Ko sujeta a Licencia CC