

Un ejemplo claro lo tenemos en el protagonista de "Taxi Driver", "El Padrino II", "Los Intocables" o "Heat", entre otras muchas grandes películas. Estamos hablando del oscarizado Robert de Niro, que tiene su propio hotel en el barro neoyorquino barrio de Tribeca, en el corazón del barrio más vanguardista de en la Gran Manzana. Estamos hablando del Greenwich Hotel, que en tan sólo cuatro años -fue inaugurado en 2008- se ha convertido en uno de los mejores y más exclusivos hoteles de Nueva York. En él, se combinan la tranquilidad clásica con la sofisticación moderna.


Situado muy cerca de la zona cero, cuenta con 88 habitaciones, que tienen la peculiaridad de que todas son distintas, ya que cada una cuenta con su propio diseño y decoración. Se trata de ofrecer un alojamiento exclusivo a todos sus huéspedes.
Este hotel es frecuentado por numerosas estrellas de Hollywood, así como del espectáculo y grandes hombres de negocios. Todos ellos buscan desconectar gracias a un ambiente de lo más relajado y silencioso que invita al descanso. Además, como buen hotel de lujo, todos los detalles están cuidados al máximo y ofrece todas las comodidades y servicios que nos podamos imaginar: una piscina interior espectacular, un spa japonés, un restaurante de alta cocida o un completo gimnasio.


A pesar de ser un hotel de lujo, la decoración apuesta por un estilo hogareño y acogedor tanto en las habitaciones como en los numerosos rincones llenos de encanto que ofrece en sus instalaciones, como un bonito patio interior que cuenta con su propia cafetería.
A buen seguro que más de un guión de película se ha gestado entre las paredes de este tranquilo y encantador hotel.
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